Hoy nos parece muy normal que las niñas y los niños podamos estudiar,
decir lo que pensamos, participar en casa, jugar juntos o soñar cómo seremos cuando crezcamos.
Pero no siempre ha sido así.
y aún hoy en algunos lugares las mujeres y las niñas tienen que hacer unas cosas y los niños y los hombres otras.
Hace mucho tiempo atrás las mujeres trabajaban en el campo, en los molinos, cardaban la lana y hasta eran herreras…
pero cuando el trabajo empezó a escasear les prohibieron que aprendieran estos oficios y se quedaron trabajando en casa.
Aunque hacían muchísimas cosas cuidando de lo importante de la vida, no se les reconocía ni valoraba.
Muchas no estaban conformes y a pesar de las dificultades, escondiéndose o disfrazándose, se hicieron científicas, políticas, pintoras, médicas, escritoras, inventoras….
¡Bueno que hicieron de todo!
En muchas ocasiones se unieron para apoyarse unas a otras y para protestar.
Así, entre todas, consiguieron el derecho a votar y todos los demás derechos.
La verdad es que les debemos mucho a estas mujeres porque hicieron posible lo que parecía impensable
¡Y ya nadie puede decir: “ no puedes hacer eso porque eres niña o porque eres niño”.